Más allá de poner el toque inconfundible a muchos de los postres más deliciosos, el cacao puede ser un perfecto aliado para la salud y el bienestar cutáneo y capilar. En concreto, en su forma de manteca, que se presenta como un ingrediente reconocido por sus increíbles propiedades nutritivas, emolientes y reparadoras que le permiten cuidar con eficacia hasta a las pieles sensibles.
Estamos ante todo un comodín cosmético que, poco a poco, ha ido conquistando las diferentes categorías de producto alcanzado una popularidad avalada por los múltiples beneficios que genera.
¿Qué es la manteca de cacao?
Lo primero que debes saber que se obtiene de los frutos del árbol del cacao (su nombre científico es Theobroma cacao, que en griego significa “alimento de dioses”), una planta de hoja perenne original de las regiones tropicales de Ámerica del Sur. Actualmente sus cultivos se reparten por todo el mundo como en zonas de República Dominicana, Ghana y Costa de Marfil, gracias a que mantienen las condiciones perfectas de temperatura y humedad.
La manteca de cacao es la grasa natural que se extrae de los granos de las semillas del fruto durante el proceso de fabricación de lo que conocemos como cacao en polvo o el propio chocolate, pero que se refina aún más para producir masa de color amarillo claro. Otra de sus características es que mantiene una consistencia bastante dura y se derrite a una temperatura similar a la del cuerpo humano (a partir de los 30º). Su posibilidades son inmensas.
Ante la pregunta de en qué se diferencia de la manteca de karité (quizá la “mantequilla cosmética” más famosa), debes saber que ambas son excelentes ingredientes naturales para el cuidado personal y que se caracterizan por ofrecer un plus de nutrición para mejorar las condiciones de la piel, de manera eficaz y segura. Sin embargo, la manteca de cacao se postula como un buen conservante natural y puede mantener sus propiedades durante mucho más tiempo, mientras que la de karité es menos dura y se puede manipular con los dedos, lo que le permite una absorción más rápida.
Propiedades de la manteca de cacao
Son muchos los beneficios que puedes disfrutar si tu rutina cosmética incluye la manteca de cacao y las razones las encuentras en su composición, donde destaca la presencia de un gran número de vitaminas, muchas antioxidantes, polifenoles, ácidos grasos, fitoesteroles… Está indicada para cuidarte de pies a cabeza, literalmente ya que aunque su uso más extendido sea a nivel corporal, también puedes encontrarlo en protocolos capilares y, de forma puntual, en referencias faciales aunque debes recordar que no está recomendado para cutis grasos o con tendencia mixta.
Sus puntos fuertes son:
- Hidrata. Por su contenido de nutrientes, es un gran humectante que, además, evita que se pierda el agua existente. Sobre el cabello ejerce una acción similar, enriqueciendo las cutículas y reduciendo el encrespamiento.
- Protege. El cóctel de vitaminas te cuida desde el interior pero tampoco podemos olvidar que su porcentaje de ácidos grasos ayuda a reforzar la función barrera de la piel para que pueda cuidar del organismo a pleno rendimiento. Respecto al cabello, es capaz de crear una película protectora muy útil ante cualquier potencial daño.
- Repara. Su perfil emoliente le postula como un gran activo para reparar zonas delicadas como los labios gracias a que, además de mimarla, genera una capa protectora. Además, su composición es rica en vitamina E que promueve la producción de colágeno, lo que permite tratar, mimar y difuminar cicatrices y estrías.
- Suaviza. Sus ácidos grasos permiten que tanto la piel como el pelo se acondicionen, luciendo una textura más gustosa y una melena más fácil de desenredar. También se le atribuyen beneficios antiinflamatorios, lo que le postula como candidata para tratar ciertas afecciones cutáneas como la sequedad extrema, los eccemas e, incluso, la psoriasis.
- Anti-aging. Sabes que los antioxidantes son elementos esenciales para combatir los efectos del estrés oxidativo en la piel y de paliar sus efectos. Así las vitaminas A, E y C de su composición le ayudan a recuperarse de los daños externos (radiaciones solares, polución…) y minimizar los efectos de la edad.
- Perfuma. Parece algo banal, pero está demostrado que la sensorialidad de los productos juega un papel básico en los hábitos cosméticos. En el caso de la manteca de cacao, aprovechar su aroma cálido y dulce añade confort a la rutina de belleza.
Usos frecuentes y aplicaciones
Como ya hemos comentado, se trata de un ingrediente ideal para conquistar casi cualquier categoría de producto donde, sin duda, destacan los corporales como los aceites nutritivos, las cremas hidratantes, los jabones o limpiadores, las fórmulas bronceadoras, los productos para zonas específicas como las manos, las rodillas o los codos… Sin embargo, no podemos olvidar su presencia en el cuidado capilar ya que acondiciona, hidrata, cuida de las cutículas e incluso se le atribuye la capacidad de fortalecer el pelo (reduce la rotura) y promover su crecimiento. A nivel facial es famoso por su labor en los bálsamos labiales ya que es perfecta para cuidar y proteger esta parte tan delicada.
Si bien es cierto que muchas de las fórmulas con manteca de cacao ofrecen beneficios inmediatos (suman confort y suavidad al instante), debes tener presente que por su alto contenido en ingredientes beneficiosos, muchos de ellos suponen ventajas acumulativas que se encargan del bienestar general y continuo tanto de la piel como de la melena.
Conclusiones sobre la manteca de cacao
La manteca de cacao es, sin duda, un ingrediente muy completo, idóneo para incorporar en tus cuidados ya que:
- Se trata de una opción de origen natural, rica en ácidos grasos, vitaminas, antioxidantes… También resulta apta para pieles sensibles.
- La puedes encontrar en un gran número de referencias de cuidado corporal, bálsamos reparadores (incluido los labiales) y productos capilares.
- Destaca por sus propiedades nutritivas, emolientes, protectoras y reparadoras.
- En muchos casos, puedes identificarla gracias a la deliciosa fragancia que deja en la dermis y en las cutículas capilares.
¿A qué esperas para probar este “ingrediente de dioses” en primera persona?